Brújula.-

Pensé que estaba bien.
Claro. ¿Qué podía salir mal?
Si lo creo correcto, nada está mal.

De seguro dejé la llave en la mesa de mármol.
¡Pero no está! ¡Dios! ¿Se habrá caído?
Ah, sí, en el piso, mejor cierro la puerta rápido.
Ahora...a ver dónde puedo dejar la corbata...
¡Ya sé!
...si sólo...pudiera...alcanzar...buscaré una silla.

-¿Estás ahí?-

Ya vienen a molestarme, mejor me apuro.
Que linda vista...ahora sólo queda...
Patear la...

-¡Abrinos idiota!-
-¡Rompé la puerta, dale!-
(...)
-¡No!-

"Lentamente, muy lentamente, como dos agujas de brújula, los pies giraban hacia la derecha: Norte, Nordeste, Este, Sudeste, Sur, Sudoeste; después se detuvieron, y, al cabo de pocos segundos, giraron, con idéntica calma, hacia la izquierda: Sudoeste, Sur, Sudeste, Este..."