Sólo intercambian palabras,
casi siempre empieza él.
Chistes, halagos y preguntas,
saber tu nombre es un placer.
Palmas que se encuentran
y entre dedos a envolver.
Luego las suyas a tus caderas,
a sus hombros te vas a sostener.
Bailan, acortan distancias,
la vida se empieza a detener.
Comienza por tu cuello,
de tu boca no se va a abstener.
Los dos querían lo mismo,
en ese momento se podía ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario